BEAU DOMAINE : una historia de encuentros

En 2012 nació una colaboración inesperada. 

El icono del cine de Hollywood, Brad Pitt, es presentado a la familia Perrin para trabajar en el vino del Domaine Miraval, que ha adquirido unos meses antes. Dos mundos distintos se unen, uno en el centro de atención, el otro en la tranquilidad de los viñedos.

Su pasión común por el vino y sus valores compartidos (autenticidad, respeto por el terruño, preservación de la naturaleza) los unen. Beau Domaine se convierte en un lugar de intercambio de ideas, una tierra de exploración con múltiples posibilidades.

Brad Pitt, con su agudeza para los detalles y su amor por la tierra, suele describir su papel con un toque de humor: "Ahora soy granjero". Su implicación va mucho más allá de su imagen. Su compromiso se refleja en su curiosidad por los matices de la elaboración del vino: las variaciones del azúcar, la acidez y las decisiones cruciales que determinan el momento perfecto para la recolección.

Beau Domaine , guiado por Brad Pitt y la familia Perrin, busca definir su propia visión del lujo, centrada en la autenticidad y la innovación, con la ambición de crear productos anclados en la tradición y al mismo tiempo mirar decididamente hacia el futuro.

Todo descubrimiento comienza a menudo con una búsqueda personal.

Para el profesor Nicolas Lévy, esta búsqueda se vio influenciada por sus investigaciones sobre enfermedades raras, en particular la progeria, una enfermedad que acelera el envejecimiento en los niños. Sus estudios han revelado mecanismos similares que afectan al envejecimiento natural de todos nosotros, pero de forma más gradual.

Su encuentro con la familia Perrin fue un paso obvio. Juntos profundizaron en el estudio del cuidado de la piel, lo que les llevó a la creación de ProGr3®, un compuesto activo patentado exclusivo inspirado en sus trabajos sobre la progeria para ofrecer una solución específica contra el envejecimiento de la piel.

La combinación de los conocimientos del profesor Lévy con la experiencia Beau Domaine ha dado lugar a productos que no sólo son eficientes, sino también tienen una dimensión humana, lo que demuestra una búsqueda constante de mejora y el deseo de tener un impacto positivo en la vida de las personas.

La vida es una serie de encuentros, algunos fugaces, otros transformando nuestra trayectoria para siempre. Para Beau Domaine , cada encuentro es un capítulo de su historia, un elemento vital que confiere a cada tratamiento su carácter único y auténtico.